
El poder sanador de Mura
La Tierra, las estaciones del año, las etapas de nuestras vidas ...
En este mundo todo transcurre en ciclos y, al mismo tiempo, está firmemente anclado en el origen.
En este mundo todo transcurre en ciclos y, al mismo tiempo, está firmemente anclado en el origen. Mura, en su papel de sanadora, parte de dicho origen para observar los ciclos de nuestras vidas y nuestras almas e identificar así dónde han surgido en nosotros profundos bloqueos. Nos los muestra y nos transporta desde las historias de nuestro pasado hasta el ahora. En el ahora estamos sanados. Estamos completos y, bajo su guía, entramos en contacto con el estado sano de nuestro cuerpo.
Su poder sanador penetra profundamente en las estructuras celulares del cuerpo y transforma. Con el poder sanador y los conocimientos sobre plantas y cristales, nuestras fuerzas se activan y entramos en contacto con nuestro propio flujo vital. Este nos armoniza y nos enraíza y nos permite descubrir el amor que sentimos por nosotros mismos.
La ayuda de Mura surge efecto en todos los aspectos de nuestras vidas. Devuelve el equilibrio a cuerpo, mente y alma. Nuestros espacios, pisos y casas pueden experimentar purificación y armonización. Aclara estructuras familiares y endereza estructuras en nuestro entorno profesional.
Con ella nos orientamos hacia nuestro objetivo, hacia nuestro flujo y, ante todo, hacia la fuerza de la manifestación de este flujo en nuestras vidas.
Sus sesiones también pueden realizarse por teléfono.
Así como la Madre Tierra nos guía …
¿Sabías que la Madre Tierra puede dirigir tus pies hacia cualquier lugar que tu corazón esté buscando?
Lo puedes probar aquí y ahora independientemente de dónde te encuentres en tu vida y en qué lugar del mundo estés.
Pon tu corazón en contacto con el corazón de la Tierra y siente cómo surge un fuego rojo. Siente cómo este fuego rojo dirige tus pies -como si fueran los de un lobo- y cómo te sostiene: a través de tu vida, a través de todo.
Recorres caminos que a menudo ni conocías. La confianza abre el espacio. Resulta fácil confiar. La misma Madre Tierra se convierte en confianza en nosotros mismos.
¡Pruébalo!